Escuché recién que alguien decía ‘my story must be told’ y pensaba ‘mine too’. Estuve escribiendo mi historia todo este tiempo pero, como muchas, o todas, está ficcionada. Nada de lo que dije es cierto, nada de lo que escribí sucedió. Distorcioné las cosas para que cuajen en mi mapa mental, cosa de poder procesarlas mejor. Siempre fue más fácil así. So don’t, don’t try to see who is who in this twisted game. Ni ellos existen, ni yo soy tan así. Es todo pura y puta literatura.
Mi historia, la historia que me he contado, ya lo he dicho varias veces, es la historia de mis amores. Porque yo como mujer solo puedo definirme en función de otro, de un amor, de un x que no existe y que más bien funciona como una variable de individuo. Esto no lo digo yo, esto lo dice la cultura en la que vivo. Mamé a la perfección esa idea al punto de dudar de mí misma durante mis períodos de soledad y sentirme más estable durante mis períodos en pareja. Estable, qué palabra. Pero encaja perfectamente en lo que quiero decir, no me gusta pero encaja.
Este fue el año de la prosa feminista. Jane Austen y Virginia Woolf vinieron a decirme que yo también podía escribir. Antes pensaba que escribir una novela era hacer descripciones del mundo, esas eran las novelas que yo conocía. Ahora pienso en que esas otras novelas donde hay una riqueza en la descripción de la vida interna de sus personajes son, para mi, lo todo. Escribo una novela que ni sé donde empieza. Pero aun cuando no quiero ser descriptiva termino siéndolo. Quisiera dar rienda suelta a mi imaginación y escribir conversaciones donde x,  o alguno parecido, me declara su amor pero mi ingenio es pobre y solo me limito a contar con lujo de detalles nuestras salidas. Cuando salía con otro x tenía una caja de tesoros, guardaba ahí sus cartas y todos los envoltorios de las golosinas que comíamos, era más bien un pequeño basural.  Con x pensaba hacer lo mismo. Quisiera escribir una historia donde mi amor sea correspondido, como hace Jane Austen. Donde x no puede contener sus emociones, donde su cuerpo no puede olvidarse del mío. Pero en la vida real él es más bien frío, y quizás sólo lo sea conmigo. Todavía no entiendo su distancia porque para mí pasada una semana, un mes, no cambian mucho las cosas. Estuve llorando el fin de semana pensando en el amor, pensé en otro x, uno que ni conocí. Un x que sólo con palabras logró hacerme creer que algo existe. Soy una fantasiosa. Lloré cuando escribí sobre él, escribí sobre mi depresión, dije que había estado deprimida hasta que apareció él. Pero él nunca apareció, jamás me dio siquiera un beso. It is an instant while I decide what to do with my life. El amor es otra cosa distinta a esto pero no tengo idea qué es. Debo conectarme con algo más profundo, como cuando era chica y pintaba de tripas abiertas el mundo, al mundo. Algo se rompió y era demasiado grande y demasiado importante como para dejarlo pasar. Vos y tu vida, vos y este cuerpito que sólo vos sentís. Hay otros que saben de su poder, yo, en cambio, soy un mar de sospechas, de dudas. No es que quiero escribir una novela, es que ya lo estoy haciendo hace años. Las mañanas son el tiempo para mí.

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