Ahora el lío es por un par de tetitas que querían tomar sol. Entonces algunas mentes retrógradas, rígidamente educadas en las normas patriarcales, llaman a la policia, que está bien ocupada se ve, para que le diga a unas chicas en una playa en Necochea, que las tetitas no se muestran, que las tetitas se esconden, que eso hace mal a la vista de los niños y ancianos. Gente en la playa, al pedo como bolsillo de manco, que se ocupa en decirle a los demás cómo corno tiene que vivir, pero que encima no ha indagado ni un poco de dónde salieron las normas que tan fielmente pretenden acatar.
El movimiento feminista tiene al menos trescientos años. Trescientos, en dos mil años y pico que contamos los occidentales con el calendario gregoriano. Hace trescientos años que las mujeres comenzamos a tener acceso a la educación, no es poca cosa y me parece que es por eso que algo empezó a cambiar. En trescientos años se logró que se discuta sobre la mujer como sujeto, como sujeto de derecho, sobre la mujer y el trabajo, sobre el trabajo doméstico y el cuidado de los dependientes (ancianos, niños y enfermos que caen sobre el cuidado de las mujeres sin chistar -fijensé sino las propagandas repulsivas de jarabes para la tos-), sobre la mujer, su cuerpo y su sexualidad, sobre el control de natalidad y el aborto.El movimiento de las mujeres avanza y este verano sucedieron dos cosas fenomenales que dan cuenta de ese movimiento: primero suspendieron el concurso 'cola reef', una buena noticia para la lucha en contra de la cosificación. Reducir a una persona a un aspecto mínimo de toda su compleja personalidad como si fuera una cosa, un objeto, un trofeo, no es algo que sufren las mujeres nada más; pero a las mujeres nos enseñan desde bien pequeñas que una tiene que ser casi una cosa inerte, que tiene que mostrar poco, porque sino es de trola, incluso si te estás cagando del calor. Nos enseñan cosas obsoletas, por ejemplo que un buen culo es importante, pero sólo en los concursos de belleza donde te exhiben como trofeo, que si andás en la calle sola tenés que tener miedo y más si tenés pollera, no sea cosa que venga un degenerado y te meta la mano, como decía mi abuela. Este es el segundo fenómeno genial que da cuenta del movimiento feminista: se armó un alto debate en la playa. La gente se queda discutiendo y diciendo '¿si no son tetitas con silicona no pueden ser mostradas?'. Trescientos años de feminismo tienen su peso y eso me da un poco de esperanza; pareciera que es cierto que finalmente se va a acabar el machismo patriarcal.


1 comentario:

efe dijo...

Ayer justo escuchaba en la radio a una de las chicas narrando la situación a detalle, es innetendible como la gente maximiza tanto todo por inercia, más con ese falso moralismo tan pelotudo que tienen algunos. y peor todavía si lo acompaña el bardo que armó la cana. Onda, master tan inoperante sos que necesitás llevar 19 gorrudos más por un par de tetas? tan relevante te es esa supuesta "infracción"?. Como decía una de las pibas, exhibicionismo en todo caso es que un flaco venga y te pele la pija, algo que está a años lúz de tomar sol como se te cante. Pero parece que para la media no tanto. Igual por suerte ese número cada vez es más bajo.
Sabés que es lo peor, lo que más bronca me da es que esa misma gente que disfraza esto con énfasis de horror, seguramente es la misma que cada noche ve con sus hijos la "programación familiar" del amigo tinelli y derivados. pero ojo! ahí seguro la moral se la pasan por el ojete, por no decir que siqueira se les debe cruzar por la cabeza. Van para donde sopla el viento, así estamo' país.